Hace ya algún tiempo que tuvimos la oportunidad de pasar un fin de semana en Valencia. Sin embargo no había tenido ocasión de contaros algunos detalles y hoy por fin he encontrado un rato para editar el artículo.
Hace bastantes años que visitamos la ciudad, casi de pasada.
Realmente no conocíamos gran cosa de esta capital.
Vinimos encantados y con una temperatura ideal para ser invierno, fue un descubrimiento.
Paseando entre sus calles y sin darnos cuenta, llegamos al interior de una manzana de viviendas, la Plaza Redonda, que encierra actualmente numerosos puestos dedicados a la mercería.
Imaginaros la cara que puse y el rato que pasé eligiendo unos cuantos metros en uno de ellos. Lástima que tuvo que ser a toda velocidad porque la hora de comer se nos echaba encima.
La variedad que ofrece Rosa Tomás es impresionante.
Estas son las puntillas y cintas que se vinieron a casa.
Aún no tienen destino, pero como muchas, se quedan esperando hasta que les llegue su turno.
Entre otras cosas La Lonja nos dejó verdaderamente impresionados.....
....... y entre tanto paseo paramos a tomarmos un café en El café de las horas, para coger algo de fuerzas y continuar descubriendo las numerosas calles que encierran sitios recoletos y plazas con encanto.
La Ciudad de las Artes merecía un viaje a propósito, y no era ésta la ocasión. Recuerdo que la última vez que estuvimos en Valencia de paso, vimos cómo empezaba a construirse. Sin embargo dimos una vuelta en coche para admirar la grandiosidad de los edificios y apuntarnos un " hay que venir con los chiquillos".
La ciudad nos encantó también de noche y las luces le otorgaban una magia especial.
El domingo, como es habitual, junto al estadio del Mestalla, se organiza un rastro donde se pueden comprar cosas antiguas. No quería irme sin pasar por allí.
Sin olvidar el regateo típico de estos mercadillos, encontré esta Enciclopedia de las Labores por tres euros.
Hace un repaso a todo tipo de labores, desde bordados, hasta costura para la casa o prendas de vestir, pasando por ganchillo o labores de punto....curiosa, curiosa....
Increíblemente entre otras cosas usadas, trastos y demás cosas viejas, había en uno de los puestos, una caja con un revuelto de lo que parecían puntillas y cosas de ganchillo.
Hice una pequeña selección de unas pocas tiras bordadas y alguna puntilla de ganchillo del tamaño de una naranja y pedí precio. Un euro por todo.
No me lo podía creer. Le di su euro no fuera a ser que cambiara de idea y volví a repetir la operación pero esta vez haciendo una bola del tamaño de una pelota y por algunos euros más salí del rastro más contenta que unas pascuas.
Unas piezas de puntillas de ganchillo, seguramente para un juego de cama, una bolsa de ganchillo que parecía para el pan o las labores ......
Y un puñado de puntillas antiguas y tiras bordadas engrosan ahora mi colección.
Nos despedimos con una visita obligada a la playa de la Malvarrosa y un sol maravilloso que daba pena dejar.
¡ Cómo me gustaría tener mar en mi ciudad!
Fue un intenso fin de semana.
Nos prometimos volver de nuevo algún día y continuar descubriendo maravillas de esta ciudad que nos gustó tanto.